ANTECEDENTES
La metodología Mi cuerpo es mi historia, empieza a ser investigada en el año 2010 por la psicóloga y bailarina MARTHA ISABEL CÓRDOBA ARÉVALO, en sus actividades como asistente de investigación de un grupo de trabajo de psicoterapia psicoanalítica de la Pontificia Universidad Javeriana, y docente de danza de la fundación Maria Sanford (en ese entonces) con adolescentes violentadas sexualmente que presentaban síntomas de Estrés Post -traumático.
En ambos espacios grupales la investigadora notaba cómo las participantes que más presentaban bloqueos para exteriorizar desde la palabra sus historias y episodios de vida más difíciles, eran justamente quienes se expresaban más intensamente en el espacio de danza. El trabajo corporal que se logró en esta primera etapa, no fue presentado ante un público a pesar de los deseos de las adolescentes de mostrar escénicamente su trabajo. Pero hubo 2 publicaciones en las revistas apuntes de psicología (España), y Revista de psicología (perú) Respectivamente
http://www.apuntesdepsicologia.es/index.php/revista/article/view/194/196, y http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?pid=S0254-92472012000100002&script=sci_arttext
Dos años después Colciencias estaba otorgando apoyo a la propuesta investigativa: “El movimiento corporal y la empatía en adolescentes violentadas sexualmente”, a través de la beca joven investigador a cargo de Martha Isabel. Su objetivo principal fue fomentar la construcción de la empatía usando como herramienta el movimiento corporal.
A grandes rasgos, se realizó una exploración del desarrollo de los aspectos cognitivos y afectivos del proceso empático. Metodológicamente se llevaron a cabo 12 talleres de movimiento con 9 adolescentes, los cuales fueron diseñados a partir de algunas metodologías propias de la Danza movimiento terapia como la técnica del espejamiento, entre otros. Uno de estos talleres fue probado en su fase piloto con mujeres cantaoras del departamento del chocó que habían tenido experiencias de violencia y hacían parte de la fundación Chocolate liderada por la trabajadora social y bailarina Carmenza Rojas, co-fundadora de lo que después sería la fundación MI CUERPO ES MI HISTORIA. Los 11 talleres restantes fueron evaluados en la marcha, y combinados con entrevistas Semi estructuradas, la aplicación del test de empatía Interpersonal Reactivity Index antes y después de los talleres de movimiento, otros instrumentos como el registro audiovisual, y los diarios de campo para el seguimiento del proceso.
Los logros que se obtuvieron a nivel empático se asociaron más al aspecto cognitivo que al afectivo. Esto quizo decir que hubo una mejoría en la capacidad de valorar, pensar, hacerse hipótesis, y fantasear acerca de los estados emocionales, físicos, y mentales de las y los otros.
Pero el área afectiva de la empatía requería continuar siendo fortalecida mediante la exploración, la interpretación, y la elaboración de situaciones de su historia personal. Respecto al trabajo grupal y el trabajo corporal se encontró que “la fuerza del trabajo grupal facilita procesos de identificación y preocupación empática por las otras, por medio de una relación de ayuda y comprensión”.
“El trabajo directo con el cuerpo evidenció el dolor emocional, el cual era ubicado en diferentes partes del mismo, como si fuesen marcas fantasmáticas de sus experiencias más difíciles”. “Los estados internos de “aburrimiento”, “cansancio”, “sueño”, “tristeza”, “rabia” etc.” escritos por las participantes en sus diarios, estaban involucrados con historias tatuadas en lugares del cuerpo como la pelvis, la entrepierna, la cabeza, los ojos, el abdomen etc. Donde al parecer quedaron marcadas algunas de las experiencias más impactantes de sus vidas”.
Estos aportes investigativos suscitaron nuevas hipóstesis, preguntas, pero también frustraciones. Pues después de 12 meses de trabajo la bailarina aun no lograba el objetivo de llevar a estas participantes a la escena, en este caso porque la intervención se había enfocado específicamente en “lo terapéutico” del trabajo corporal grupal.
De esta investigación se publicó un artículo en la revista pensamiento psicológico
(Colombia) titulado “La danza en contextos terapéuticos”
http://www.scielo.org.co/pdf/pepsi/v11n2/v11n2a11.pdf
A inicios del 2013 Martha Isabel continúa desarrollando clases de danza y montajes coreográficos con estas adolescentes, esta vez de forma voluntaria en sus ratos libres. 6 meses después en julio el año 2013, el ministerio de cultura apoya el proyecto: “MI CUERPO ES MI HISTORIA: VIDA EMOCIONAL Y COREOGRAFÍA”. Antorcha films es esta vez la entidad cómplice de la investigación, y la psicóloga Aura Valencia Magister en terapias creativas, es la tutora del proyecto, orientadora clave para consolidar lo que luego se nombraría “Metodología MI CUERPO ES MI HISTORIA”.
“La obra de un creador puede ser una pieza de expresión mucho más efectiva que una
conversación, o acción en la vida cotidiana” (Storr, 1993, citada por Chaiklin, 2008, p. 46). Desde algunas corrientes psicológicas la actividad artística se constituye en un vehículo de expresión de deseos inconscientes. Freud (1908) citado por Chaiklin (2008) define la actividad artística como un medio simbólico que permite “camuflar” en la forma estética aspectos de la vida psíquica. Considerando la necesidad de continuar fortaleciendo el desarrollo de la empatía de las adolescentes desde su dimensión afectiva “sus historias de vida” y continuar la experiencia en movimiento que se inició en la investigación anterior, la investigadora decide generar un proceso centrado en el trabajo corporal que contemplara la creación de movimiento escénico como método central de simbolización:
“Se espera a través del trabajo coreográfico, al usar el tiempo en el espacio a partir del ritmo, favorecer la sensación de contagio y solidaridad, fomentando la comunicación, la consciencia corporal y la expresión de emociones y afectos reprimidos”. Esta vez el trabajo era con 2 grupos, un grupo de adolescentes que atravesaban el restablecimiento de sus derechos en condiciones psicológicas adversas producto de experiencias de violencia sexual, maltrato infantil, y/o abandono, y mujeres mayores de edad que atravesaban procesos de lucha polítca por sus derechos con diferentes experiencias de violencia de género. Por lo cual, experiencias como la coreográfica permitirían generar una especie de rito de transición (Meekums, 2005) en el que el cuerpo grupal como diversidad de fuerzas individuales que conforman la estructura dinámica y transformadora (Matoso, 1992), sería capaz de contener vivencias emocionales. Se esperaba que el trabajo coreográfico grupal resultara altamente benéfico para esta población.
Durante 5 meses se desarrollaron las 4 primeras etapas de lo que después sería llamada la metodología MCMH.
Partiendo de premisas como:
“El cuerpo es un territorio escénico que guarda archivos mnémicos de las experiencias vividas”. La investigación exploró el proceso de creación coreográfica como facilitador de contacto emocional en mujeres, niñas y adolescentes con experiencias de violencia. Al mismo tiempo tomó la obra escénica como medio de denuncia y visibilzación de un problema de salud pública como lo es la violencia contra la mujer”.
Por primera vez la investigadora lograba escenificar temas silenciados, guardados en el cuerpo, o en las casas de justicia de casos impunes que la sociedad ignora, mostrando que la creatividad, las artes escénicas y el trabajo grupal son herramientas valiosas de transformación que van más allá del ocio y el espectáculo.
La puesta en escena incluyó a 9 adolescentes vinculadas al Instituto de Bienestar Familiar; y 4 mujeres miembros de la ruta pacífica de mujeres; adicionalmente 8 bailarines profesionales en su mayoría de la reconocida academia de danza Maria Sanford que representaron varios de los movimientos explorados por las participantes. Metodológicamente, se tuvieron 5 categorías de análisis a saber: Contacto emocional, Expresión emocional, Experiencias personales, Utilización de recursos artísticos, y Dramaturgia del movimiento. Estas categorías fueron abordadas a través de la triangulación de los datos recogidos en los diarios de campo, las observaciones del material audiovisual, los relatos de las participantes sobre el proceso, y el proceso de composición coreográfica. El trabajo corporal y escénico generó una nueva ruta posible de vincularse con el propio cuerpo; al entrar en contacto con la propia historia y al expresar afectos reprimidos, las participantes lograron transitar nuevas rutas, diferentes a aquellas del dolor y la vergüenza de su pasado.
En el primer semestre del año 2014 la obra se circuló en algunos espacios de la ciudad de Cali. Hasta este punto lo que luego sería nombrado con “el enraizamiento”, “la escenificación” y “la encarnación” eran el hallazgo central del proceso. En este mismo año la investigadora retomó sus labores como asistente de investigación en la universidad javeriana, exponiendo su propuesta ante varios académicos que aplaudieron el resultado que hasta ahora se había logrado. Esta experiencia la lleva a la construcción intelectual de una nueva etapa de la metodología: “elaboración” (todas las fases serán expuestas más adelante).
A mediados de este mismo año la investigadora se encuentra con un grupo de colegas humanistas y artistas que manifiestan inquietudes y logros similares, decidiendo conformar la fundación MI CUERPO ES MI HISTORIA, que hasta entonces venía funcionando a través de la circulación de la obra de danza teatro, y un voluntariado que ejercía la investigadora con las niñas y las mujeres en el que impartía clases y ensayos de danza teatro. En ese entonces la fundación no había sido registrada legalmente y funcionaba bajo el nombre “EMBODY” El desarrollo de esta organización en una coyuntura de alianza con la fundación colombo-brasilera “Funbraco”, inspiran a la investigadora a continuar replanteando las etapas de la metodología, arrojando una nueva etapa más: “emprendimiento”. Esto, después de un viaje realizado a la embajada brasilera con su en ese entonces socio paulista Pablo Nacimiento, donde la investigadora descubre el potencial de oportunidades, becas, y nuevos caminos que pueden ser gestionados en cooperación internacional para el beneficio de las poblaciones.
Mientras tanto, la fundación continuó creciendo, y consolidándose organizacionalmente como una entidad que cree en el arte como vehículo de potencialización de la salud mental, física y espiritual, emprendiendo a paso lento pero seguro nuevos proyectos de intervención que hacen formación en valores a través de las artes.
En el año 2015, Martha Isabel retoma sus entrenamientos como artista escénica, haciendo parte de taller intensivo de teatro musical orientado por el artista puertoriqueño LUIS SALGADO, que logra movilizar aspectos de su vida psíquica, y temas de su búsqueda investigativa. Es así como la bailarina e investigadora confirma una vez más, ahora desde su propia historia sus hipótesis respecto al poder no solo de la danza-teatro, sino de la música, razón por la cual los agrega como ingredientes importantes en las etapas luego llamadas “1. Enraizamiento” y “4. Escenificación”, entiéndase una necesidad de hacer entrenamiento con las poblaciones en teatro, música, musicoterapia, dramaterapia y bajo una perspectiva de teatro musical.
Semanas después de este taller Martha Isabel vuelve a la academia de salsa en la que aprendió a bailar TROPICAL SWING, poniéndose en contacto con su sueño de volver a participar en campeonatos mundiales de salsa, y simultáneamente con todos los procesos comunitarios y sociales que emergen de la cultura y la industria de la salsa. Es así como redescubre la importancia de involucrar en el acto escénico a las familias y redes de apoyo de los artistas, lo que la lleva a agregar un nuevo elemento a la fase de “Escenificación” (luego será descrita).
En el año 2016, gracias a la beca de investigación en danza otorgada por la secretaría de cultura, la investigadora y sus colegas DAVID MOSQUERA (Músico y Psicólogo), SELENE AREVALO (Líder Comunitaria), Y DANIELA ROJAS (Fotógrafa), en tutoría del profesor ALEJANDRO ULLOA (Antropologo de la universidad del valle), llevan a cabo un proyecto sobre identidad cultural afro con niños, niñas y adolescentes de ladrilleros. Este trabajo es muy importante para la trayectoria de la metodología, ya que advierte sobre la gran importancia de considerar los rasgos culturales de cada poblacion antes de diseñar y ejecutar el programa los programas de intervención.
Entre los años 2015 y 2017 esta metodología ha sido un antecedente para más de 5 proyectos de investigación universitarias en psicología en la ciudad de Cali.
Hoy en día este es el presente de la metodología: 4 etapas probadas, 2 etapas nuevas, y más de 700 personas entre niñas, niños adolescentes y mujeres adscritos a la fundación MI CUERPO ES MI HISTORIA, esperando por ser partícipes de esta experiencia transformadora, en otras palabras una metodología que se proyecta
continuar siendo estudiada y probada. En un futuro próximo serán las neurociencias las encargadas de describir este hallazgo hijo de los campos de la psicología y las artes escénicas.
DESCRIPCIÓN METODOLOGÍA MCMH
“una experiencia artística trascendental que le apuesta a las capacidades de resiliencia y de empoderamiento del ser”.
“El (la) participante va peregrinando por 6 etapas de trabajo que lx conectan con experiencias auténticas de su vida las cuales serán expresadas a través de un lenguaje artístico cristalizado en un acto escénico colectivo de denuncia…”
La metodología MI CUERPO ES MI HISTORIA se constituye en una alternativa de empoderamiento del ser, que genera procesos de reparación y resignificación en el individuo, el grupo y/o la comunidad. Le otorga un valor especial a las vivencias significativas históricas (afectos, emociones e ideas), de las personas hagan parte de esta experiencia trascendental. Partiendo de sus dramas personales los protagonistas transitarán por 6 etapas de trabajo, que los hará creadoras (es), y dramaturgas (os) de nuevos significados de sus
vidas a través de un proceso de simbolización colectiva, de conflictos personales y sociales cristalizados en el acto escénico, y trascendidos hacia la elaboración de un proyecto de vida.
Esta metodología especializada ha sido creada para trabajar desde el arte con grupos de aproximadamente 8-16 participantes que desde su voluntad estén dispuestos a resignificar episodios de vida en aproximadamente 5/18/29 meses según los recursos disponibles. Lxs participantes contarán con procesos terapéuticos, escénicos, de formación en artes escénicas y coach que potenciarán sus talentos y aspectos sanos del yo. Tendrán la oportunidad de circular local, nacional y/o internacionalmente resultados escénicos que como artistas han hecho de sus historias el material inspirador de sus creaciones.
El principio básico de esta metodología es ubicar al sujeto en una posición creadora, así, las frases escénicas que surgen, vienen de adentro, de una fuente “propia y muy íntima”.
Esta particularidad hace que el acto escénico se convierta en un espacio de intimidad emocional; al establecer una relación estrecha entre el movimiento y la vivencia emocional. Se espera que una vez completado el proceso desde la primera fase (enraizamiento), hasta la última fase (emprendimiento), se abra un espacio de resignificación, reparación, empoderamiento y elaboración de experiencias de vida.